
- "Tengo la boca llena de tierra". Luego se detuvo. Trató de ver si los labios de ella se movían. Y los vio balbucir, aunque sin dejar salir ningún sonido.
- "Tengo la boca llena de ti, de tu boca. Tus labios apretados, duros como si mordieran oprimiendo mis labios ". Se detuvo también. Miró de reojo al padre Rentería y lo vio lejos, como si estuviera detrás de un vidrio empañado. Luego volvió a oír la voz calentando su oído:
-"Tragó saliva espumosa; masticó terrones plagados de gusanos que se me anudan en la garganta y raspan la pared del paladar . . . Mi boca se hunde, retorciéndose en muecas, perforada por los dientes que la taladran y devoran. La nariz se reblandece. La gelatina de los ojos se derrite. Los cabellos arden en una sola llamarada..."
Extracto de Pedro Páramo. Juan Rulfo.
Fotografía por Juan Rulfo.
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